jueves, 4 de septiembre de 2008

9ª ETAPA: LAGO QUINGHAI – XINING



































































9ª ETAPA: LAGO QUINGHAI – XINING

Con bastante pena arrancamos las motos para completar este periplo de nueve intensos días por el centro de este inmenso país-dragón que nos tragado de lleno, para recorrer esta última etapa que nos llevará al punto de partida, la ciudad de Xining, capital de la región de Quinghai, que en principio iba a ser el centro del “Festival de la Moto”, pero que al final, por cuestiones políticas y otras, de difícil comprensión para nosotros, ha sido la ciudad de Golmud, la que ha acogido los principales actos y actividades del festival, cosas de chinos!

Como habitualmente, a las nueve de la mañana, y después de desayunar fuera del hotel (mejor), ponemos en marcha las motos en dirección este para ascender nada más salir, el primero de los cuatro puertos, que hemos elegido como alternativa a las grandes rectas de la carretera convencional, para alargar un poco esta en principio corta etapa, y desde el que disfrutamos de las espléndidas vistas que desde el alto, nos ofrecía de la majestuidad del lago Quinghai.

Hacía fresquito a primera hora, pero nada comparable al frío siberiano de la noche anterior, que nos hizo recogernos rápidamente en el hotel nada más cenar, aunque a decir verdad, tampoco había mucho más que hacer y en las habitaciones la cosa no mejoró mucho.

Seguimos ruta entre verdes montañas y verdes pastos, donde son infinidad los pastores nómadas que nos encontramos y pudimos comprobar sus costumbres y formas de vida, como recoger, a mano, las boñigas de los jacks, que les servirán como combustible en las frías noches de estas latitudes, y estamos en verano, el invierno en estas latitudes es de los de verdad.

Paramos antes de media etapa para saludar a una familia de pastores tibetanos que viven en una vaguada, apartados de toda civilización, y con los que Ricard ha entablado una buena amistad hace ya algún tiempo, y siempre que recorre esta zona, aprovecha para hacer un alto en el camino para saludarlos y presentarles nuevos amigos.

Seguimos ruta subiendo y bajando puertos, todos del orden de los 3.400 m., con buen firme en general, pero siempre teniendo cuidado con las piedras desprendidas de la montaña y que habitualmente te encuentras a la salida de una curva, y también al mal estado general de los últimos tramos de la ascensión.

Paramos junto a una presa para hacer un corto tramo por pistas de piedras y aprovechamos para hacer unas fotos, producto de las cuales, tuvimos que soportar una parada imprevista por la policía para saber de nuestras intenciones y motivos del viaje; no hubo mayor problema que la pérdida de tiempo, que para ellos no importa nada y necesitan cómo ocuparlo y tener una distracción, que alargan y alargan sin importarles nada los demás.

Cuando nos aproximamos a Xining, Ricard decide que entremos a la ciudad por autopista, juntos y sin distraernos por nada, así pasamos el peaje aprovechando el lateral al paso de un autobús y claro, pasan bien las tres primeras motos, pero desde las dos últimas vemos como un policía atraviesa a la carrera por delante de las cabinas y coches detenidos para cortarnos el paso, y al llegar ante nosotros se queda tan sorprendido que no le da tiempo de darnos el alto; un momento de duda que aprovechamos para acelerar y unirnos a toda velocidad al resto de la expedición pensando que en algún punto de la autopista nos darían el alto en otras condiciones.

Afortunadamente no fue así y entramos en Xining, en medio de un tráfico caótico que ya habíamos olvidado, y que además tuvimos que soportar en hora punta y atravesando toda la ciudad.

Nos dirigimos directamente al taller de donde salimos, donde dejamos nuestra ya queridas compañeras, con pena pero también con una gran satisfacción por haber cumplido nuestro objetivo de viaje y aventura a la que nos enfrentamos casi sin conocimiento, y por haber participado como primeros extranjeros en el “Festival de la moto de Quinghai” y sobre todo por haber dado a conocer la Concentración Pingüinos y Valladolid en esta gran potencia mundial y emergente nación en el mundo del motociclismo y del turismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Efectivamente una aventura extraordinaria con pistas, un clima difícil y una civilización poco conocida pero seguramente sorprendente. Las fotografías de los paisajes son grandiosas, y el contraste importante entre las ciudades y las zonas desérticas. Los miembros de l' ¡expedición deben tener lleno de recuerdos en la cabeza, Mariano es extra con su barba de trotamundos

Michel & Anne-Marie (France)