lunes, 25 de agosto de 2008

1ª ETAPA: XINING-ZHANGYE


1ª ETAPA: XINING-ZHANGYE


Ayer sábado nos estrenamos en esta larga travesía por el centro de China y ¡¡qué estreno!!, no nos lo podíamos ni imaginar, la cosa promete…


Etapa larga y dura, pero dura de verdad, y además peligrosa, y todo por diversas causas: salimos de Xining con mucho retraso motivado por los vehículos de apoyo (que llegaron el día anterior de otra ruta de 4x4), y nada más salir de Xining, la moto de Ricard, nuestro guía, se para sin saber por qué; después de un tiempo de espera decidimos que se quede el coche del mecánico y nosotros partimos acompañados del vehículo de Sabrina, para esperarlos en la primera parada.


No tardaron mucho en llegar con la avería resuelta, un puto fusible que afectaba a la bomba de gasolina. La primera experiencia nada más de salir de Xining comprobando y padeciendo su caótico tráfico, fue muy mala, carreteras llenas de baches, sin indicación alguna y un tráfico bastante intenso, afortunadamente unos kilómetros más tarde la cosa mejoró, mejor piso y menor tráfico, y así empezamos a subir el primer puerto del día, de 3.350 m. atravesando paisajes de alucinar.


En plena cima decidimos comer de pic-nic, pues no nos daba tiempo de llegar al lugar previsto; en eso estábamos cuando empezó a tronar y amenazar tormenta, iniciamos la marcha apresuradamente, y nada más hacerlo empezaron a caer las primeras gotas, por el estado del cielo y la dirección que llevábamos pensamos que no sería mucho, pero nos equivocamos, el chaparrón que nos fustigó fue de campeonato, se abrieron los cielos y calló todo el agua del mundo durante un largo trayecto, nos calamos hasta los huesos y la carretera tomó un aspecto nada amigable, para cuando paró ya ya nos dirigíamos al segundo puerto del día, una impresionante cima de 3,767 m., pero antes no pudimos dejar de paso el internarnos por una pista de algo más de diez kms, en un frondoso bosque donde estaba prevista la comida, para retroceder de nuevo a la carretera; coronamos anocheciendo y no pudimos ni parar para hacer las fotos de rigor ni disfrutar de las fabulosas vistas; allí están colgados al viento los típicos trapos de colores del Tíbet, ofrendas de oración.


Aquí es donde empezó nuestro infierno particular, el fuerte y gélido viento que proveniente de las cumbres nevadas nos azotaba y nos anquilosaba sobre nuestras motos, así kms. y kms,, hasta que conseguimos reunirnos con nuestro vehículo de apoyo y ponernos todo lo posible encima, hasta la bandera de pingüinos sirvió para que doblada en el pecho se la pusiera Carlos, pues fue imposible sacar su bolsa del caos de la montonera de equipaje del coche.



Nuestro particular infierno continuó durante más de 250 kms. Por una carretera en obras, pero ¡¡qué obras!! Sin asfalto, mucho peor que cualquier pista, tierra, piedras de todos los tamaños, agujeros y polvo, mucho polvo; en muchos tramos reducida a un solo carril, en los que para pasar junto a los camiones tenías que buscar casi a ciegas dónde meterte; en los pocos tramos semiarreglados nos encontrábamos montones de material de obra ocupando un carril por completo, sin ninguna señalización, un caos y un peligro que unido al frío, la noche, el polvo y el follón organizado por los camiones, casi únicos amos de esta carretera, empeñados en pasar por donde casi es imposible, nos hicieron interminable el resto de etapa hasta llegar a Zhangye, que nos recibió con una larga calle que era un peor que un circuito de motocross con zonas de trial, donde aparecimos como fantasmas blancos de polvo y destrozados a las once de la noche (aquí anochece antes de las ocho de la tarde.



No hay comentarios: