domingo, 31 de agosto de 2008

5ª ETAPA DESIERTO CHAIDAMU PENDI-GOLMUD



















































































5ª ETAPA DESIERTO CHAIDAMU PENDI-GOLMUD

Increíble, alucinante, espectacular, no hay palabras para describir el paisaje y lo sucedido en esta etapa, que sobre el programa se presentaba corta sobre 300 kilómetros y tranquila, resultado larga casi 700 kilómetros con infinidad de pistas, carreteras en muy mal estado y rectas interminables sin ningún signo de vida. Vamos por partes como dice Jack el destripador.
Recogimos campamento al amanecer, un poco de desayuno y nada ducha, llenamos depósitos (de las motos) con los bidones de la pikcap, que sale en dirección contraria a llenar en el ultimo pueblo que pasamos el día anterior quedando en reunirnos en un punto de la ruta, nos ponemos en marcha.
Kilómetros, kilómetros, kilómetros de rectas que se pierden en el horizonte; vamos por asfalto sin ver un alma, ni coches ni camiones averiados, nada de nada, el paisaje parece lunar y lo mas parecido a cuando nieva en la meseta castellana, pero no es nieve es sal, estamos en el desierto salado, ni una brizna de vegetación, ni matojos, ni cardos, ni asomo de bicho viviente.
A una de las motos la entra la reserva, aguantamos un poco más y cuando empieza a dar tirones paramos; Sobri no ha llegado aun, afortunadamente no estaba lejos, y cuando aparece se nos abre el cielo, repartimos la gasolina que trae entre todas y seguimos.
Difícilmente sabemos donde nos encontramos, bueno si en el Desierto de Chaidamu-Pendi, eso seguro, con los mapas no hay forma y estamos en el medio de la nada, seguimos kilómetros de rectas, ahora entre dos cordilleras con el mismo panorama la nada, kilómetros kilómetros y kilómetros, hasta que las motos y también esta vez los todo terreno necesitan repostar; ni aldeas ni pueblos ni Dios que lo fundo. Como casi siempre, a punto de quedarnos secos se obra el milagro en el horizonte vemos la silueta de una gran fabrica, y cerca de ella nos topamos con una gasolinera, que alegría y que alborozo otro perrito piloto, nuestro gozo en un pozo ¡surtidor de uso exclusivo para la fabrica! La cara de Sabrina que habla con los empleados es todo un poema, no sabe como decírnoslo, ni ruegos, ni negociaciones, ni propinas funciona, y la gasolinera mas próxima esta a mas de doscientos cincuenta kilómetros, estos chinos no tiene corazón. De repente se enciende una luz, una llamada al Gobernador que nos espera en Golmud, donde van a tener lugar los actos oficiales del “Festival de moto”; llamada milagrosa. Los uniformados empleados se ponen firmes y serviciales nos llenas las cinco motos los dos todo terrenos y los depósitos auxiliares, solo nos cobran estos ¡no tienen matricula!, les regalamos unos pins de pingüinos y nos hacen reverencias.
Mas contentos que unas pascuas, pero cansados como perros continuamos camino ya sabiendo donde estamos: muy lejos de Golmud. Nos quedaba lo peor no hay carretera hasta los últimos cuarenta kilómetros, y creemos que nos faltan trescientos.
El calor aprieta y decidimos parar a beber y comer algo: un poco de queso Idiazabal, ue pan de molde, galletitas saladas y chocolate, y de postre barritas energéticas.
Continuamos la pista que algunos momentos parece cortarse y casi no caben los todos terrenos, en otros su estado es lamentable y avanzamos poco a poco.
Después de no se cuantos kilómetros, cuando a lo lejos vemos pasar un camión y luego otro y coches no nos lo creemos, la carretera esta ante nosotros. Al llegar al cruce miramos y remiramos el cartel nosotros por mirar, Sabrina es la única que lo entiende, GOLMUD 72 KILOMETROS, carretera ancha y con firme impecable nos lanzamos a toda velocidad a pesar del trafico, cuando al cabo de unos kilómetros y sin previo aviso desaparece el firme, esta completamente levantada con piedras y socavones de todos los tamaños, no nos lo podemos creer.
Afortunadamente son pocos kilómetros y ya cerca de Golmud empezamos a ver vegetación, al tiempo que aparece un coche de policía que nos escolta abriendo paso a toda velocidad entre al caos del trafico urbano para llevarnos directamente al “stadium” centro de actividades del “Festival de la Moto” donde el gobernador y otras autoridades nos esperar, la entrada fue apoteósica, nada mas aparcar las después de la odisea de esta motos, las cámaras y la multitud de aficionados nos rodearon y nos vitorearon, y todos empeñados a que diéramos una vuelta por el circuito de cros que tenían preparado ( para eso estamos nosotros después de una maratoniana jornada), ocupamos la tribuna de autoridades y se nos presento en publico.
El gobernador nos invito a cenar, donde intentaron emborracharnos como es costumbre por estas tierras, y finalizamos la jornada “matados” de una forma muy agradable.
Mañana será otro día.