4ª ETAPA: JIAYUGUAN-DUNHUANG

4ª ETAPA: JIAYUGUAN-DUNHUANG

Ante la posibilidad de tener serios problemas en la larga ruta de hoy, debido al complicado estado del asfalto, ¡donde lo había!, ya que con el calor de estos días, la brea se convierte en gelatina completamente deslizante, cosa que ya hoy nos preocupa más que las pistas o la falta de asfalto, a la que ya hemos cogido el tranquillo y nos hemos familiarizado con éstas BMW GS-800 que son muy dóciles y manejables, pues como decía, ante esa posibilidad hemos adelantado la salida 1 hora, así que a las 7 estábamos desayunando en el hotel, al pie del extremo oriental de la Gran Muralla y después de las fotos de rigor, enfilamos ruta con la preocupación de cómo la íbamos a encontrar.
Enfilamos una pequeña carretera dirección Oeste, que serpentea pasando a un lado y otro de la autopista, por la que está prohibido circular motos, parece raro pero la explicación es lógica: en toda China están prohibidas las motos de más de 125c.c., por lo que supondrían un peligro, pero lo que no es lógico es que en las gasolineras no permiten a las motos repostar directamente del surtidor, hay que aparcar alejados de él, y con una regadera llenar el deposito, os imagináis los paseos surtidor-moto con la puta regadera a cuestas y la gasolina que se derrama, ya nos ha tocado la regadera agujereada…
Como decía, la carretera serpentea a un lado y otro de la autovía y a veces del ferrocarril, estamos bordeando el desierto del Gobi y el calor promete. La carretera cuando se puede llamar así, es tan estrecha que solo cabe un coche, por lo que cada vez que aparece uno de frente hay que tener aguante para que el que se salga sea él, lo mismo que cuando tenemos que adelantar, nuestra caravana se muestra bastante convincente y se va imponiendo.
La carretera va desapareciendo a tramos cada vez mas largos, convirtiéndose en pista, a la que nos vamos acostumbrando con normalidad y cada vez vamos más deprisa, ya casi igual que en los tramos asfaltados.
Afortunadamente cuando pasamos, la brea aún no estaba mal del todo y podemos avanzar rápido e incluso parar a hacer fotos, como en un minarete mongol con mausoleo que nos sorprende a la salida de una curva, o al pie de los generadores eólicos españoles (de Gamesa y Acciona).
Después de un rápido almuerzo enlazamos con una carretera increíble, nueva, ancha, con arcén y en perfecto estado por la que con mas de 35º enfilamos directo a Dunhuang, Pequeño pueblo oasis, última parada de la ruta de la seda, en la bifurcación Norte-Sur para evitar el desierto de Tacamaclan., donde antes de ir al hotel visitamos las cuevas de Mogao, una sucesión de 735 cuevas, el depósito más importante de murales, esculturas y manuscritos budistas
El hotel que nos han reservado está al pie de las dunas, y nada mas llegar nos regalamos, como si no hubiéramos tenido bastante, con una travesía increíble entre cañones y dunas.
Mañana 4ª etapa, corta y nada difícil, hemos decidido hacerla por la tarde y dedicar la mañana a disfrutar en las dunas, camellos, caballos, jeeps y ultraligeros nos esperan; dormiremos en tiendas en pleno desierto, así que la crónica la mandaremos al día siguiente.